Cristina Segura Talavera | Directora del Programa de Mayores de la Fundación Bancaria “la Caixa»
«Ser madre de niños adoptados es estupendo»
Madre de dos chicos estupendos, en mi caso, madre adoptiva, pues son dos muchachos preciosos rusos, de 10 y 14 años. Amiga de mis amigas, amante de la lectura y de la opera (tengo un abono popular para ir a Liceu de Barcelona) es de esas cosas que una se regala para aprender a cuidarse.
Licenciada en sociología, actualmente directora del programa de Mayores de la Obra Social “la Caixa”, mi carrera profesional se ha desarrollado en el ámbito de las personas mayores. Este programa se dirige especialmente a aquellos mayores, que se encuentran en una situación personal vulnerable y en riesgo de exclusión social. En la actualidad participan 803.000 personas que llevan a cabo 16.200 propuestas sociales, culturales, de salud y tecnológicas.
“Soy madre de dos niños adoptivos, una experiencia larga con final feliz”
¿Cómo está siendo tu experiencia cómo madre?
En mi caso, al ser madre adoptiva, muy deseada. La dificultad de tener hijos de forma biológica incrementa ese deseo de ser madre, lo sitúa en una expectativa casi omnipresente, por así decirlo. La espera, la tramitación de los papeles… todo ese proceso hace que sea una experiencia larga, a veces desesperante, pero que tiene un final ¡¡¡estupendo!!!
¿Qué es lo que más te preocupa?
Como la mayoría de los padres y madres, intentas hacerlo lo mejor posible; estar cercana a sus necesidades, intentar escuchar o saber ver lo que ellos piensan o quieren (quizás lo más difícil) y trasmitir aquellos valores que a ti te han formado, y te sitúan de pies en la vida.
“La dificultad de tener hijos de forma biológica incrementa ese deseo de ser madre, lo sitúa en una expectativa casi omnipresente”
¿Viajas mucho y tienes un inquebrantable compromiso con la gente mayor?
Compaginar mi vida profesional con la crianza de los niños es básica para mí, para poder sentirme bien en el trabajo y en la familia, un trabajo que me encanta, pero que exige viajar, y estar fuera de casa a menudo. A veces cuesta, pero más por una generalización que por una realidad; ya sabes, por eso de “es difícil estar en los dos sitios” Entendiendo la presencia como un bien absoluto. Si vas por aquí, mal, porque la culpabilidad te puede hacer mucho daño.
Conciliar vida familiar y profesional
¿Con un trabajo tan ajetreado será difícil sacar tiempo?
Un día a la semana, los miércoles, tengo reservada la agenda para estar con ellos, salir del cole, acompañar a las extraescolares, y verles jugar al fútbol o a natación. Ese día, si no hay nada muy urgente, es para ellos y para mí. Y los viernes por la tarde, que hacemos merienda y risas.
¿Tienes la posibilidad de conciliar la vida laboral con la profesional?
Sobre todo, la conciliación me la permite una buena organización del trabajo y una flexibilidad que debo decir que es muy positiva en la Fundación Bancaria “la Caixa”. No sólo en mi caso sino también en la vida de otras compañeras que son madres. Esto facilita esa maravillosa palabra de la conciliación familiar y profesional. De esta forma se genera más bienestar entre los compañeros y mejores resultados profesionales. De eso estoy segura.
¡¡¡Queréis colgar por favor!!!
¿Tecnología e hijos?
Esto de la tecnología, móviles, tabletas, play…, están presentes en nuestra vida cada día. Es una herramienta que nos permite estar conectados, y para mí, eso es sin duda muy bueno y necesario.
¿Pero antes nos comunicábamos de otra manera?
Han cambiado los códigos de la comunicación entre los grupos. Antes con mis amigas nos llamábamos por teléfono, y no te creas que era muy distinto a los whatsapp de ahora… mi padre alguna vez debía soltar un grito de esos de: “¡¡¡queréis colgar por favor!!!” … ¿A quién no le suena esta frase?
Lo que cambia es la facilidad a acceder a esos medios, (los llevas encima, y están siempre a tu vera…) pero el control es enseñar a usarlos.
¿Cómo planteas a tus hijos su relación con los móviles?
En casa, por ejemplo, nunca hay dispositivos en la mesa, a la hora de las comidas, desayunos, o cenas. Son espacios para la palabra, el comentario, o la queja por la verdura y el pescado… pero no para los “bytes”. No queda otra que enseñar a usar las cosas. La justa medida de su uso, y sobre todo de lo que es su “mal” uso. A mí eso sí que me preocupa mucho, porque ese concepto de privacidad, de decir y mostrar en su justa medida, en ese límite que no se debe traspasar, porque si no, la exposición pública sin filtro me parece incluso impúdica, aparte de peligrosa.
¿A qué edad crees que aconsejable el uso de móviles?
En casa, el móvil a los 14 años. Debo decirte, que no hay una edad sino en función también de las necesidades que cada familia tenga. Porque es una buena herramienta para estar informados, y también para que podamos dar cierta autonomía a los niños, en su día a día. Para mí eso es positivo.