En la edición de noviembre queremos adentrarnos en el consumo de productos ecológicos.

Entre otros puntos de vista, conoceremos un grupo de consumo ecológico autogestionado, aprenderemos a montar nuestro macetohuerto en casa y conoceremos a fondo el funcionamiento de una granja ecológica.

Desde hace más de una década se dedican en cuerpo y alma a la producción de pollos, pulardas y capones de producción ecológica.

Todos los componentes de la familia, Elena y Santiago son los padres de Luci y Elvira, y han creado una marca comercial Ecosancho, radicada en Sanchonuño (Segovia).

Según las propias palabras de Santiago, les gusta decir que tanto ellos como sus pollos habitan en el Mar de Pinares de la comarca segoviana del Carracillo. Les presentamos a la familia EcoSancho

Familia

Para que sus hijos e hijas sepan ¿qué esto de las granjas ecológicas? lo mejor es que les acompañe en este viaje Victoria. Una niña que nos explica como fue su encuentro con Santiago y las gallinas de EcoSancho. Incluso hizo una buena amiga gallina, Kika.

¿Santiago cómo comenzó está aventura empresarial?

Yo soy veterinario y mi esposa, Elena, está enamorada y ligada al medio rural en el que hemos nacido. Cuando decidimos iniciar la actividad agroganadera no tuvimos dudas, queríamos continuar los pasos de nuestros padres y abuelos.

Recuperar los sabores nuestra niñez
con el método de trabajo
de nuestros antepasados

Esto casaba muy bien con la ganadería extensiva de animales en libertad y alimentados con productos naturales, sin utilizar productos ajenos a la propia naturaleza.

Al cabo de un año de trabajar de esta forma nos visitaron los integrantes de un grupo de consumo ecológico y nos propusieron “certificarnos” como producción ecológica.

La evolución resultó muy fácil que ya producíamos en ecológico sin saberlo, simplemente estábamos siguiendo los métodos que habían utilizado nuestras familias desde hace más de un siglo.

¿Por qué apostaron por una granja ecológica?

Cuando comenzamos a trabajar producto ecológico nos dimos cuenta de que además de hacer las cosas bien teníamos que conseguir que nuestros consumidores tuvieran la certeza de que lo que les ofrecemos está garantizado.

Por eso optamos por un control externo y decidimos que fuera el Consejo de Agricultura Ecológica de Castilla y León (CAECYL) nuestro organismo certificador y de control. De esta forma, un estamento ajeno a nosotros es quien determina la calidad final de nuestros productos.

Hay que tener en cuenta que una parte de los consumidores ecológicos, lo son, por estrictas razones sanitarias: alergias, sensibilización frente a residuos de pesticidas, intolerancias…

Tiene que ser un trabajo duro y en el que cada componente de la familia tiene su puesto. ¿Cómo se organizan?

Como todos los trabajos que se desarrollan en el medio rural la actividad está relacionada íntimamente con la naturaleza.

Eso supone que en verano pasamos mucha calor, en invierno mucho frío y si llueve nos mojamos. Además, en el matadero, sala de despiece y envasado trabajamos a temperaturas alrededor de los 10 grados bajo cero.

A pesar de que es un trabajo duro, somos felices haciendo lo que más nos gusta

Al ser veterinario, Santiago, se dedica primordialmente a cuidar los pollos vivos.

 Mientras que Elena y Elvira, junto con el resto de colaboradores, se ocupan de preparar

la carne para ser enviada a los consumidores.

Madre e hija son las responsables del despiece y envasado.

Pero también elaboran las hamburguesas, salchichas, el jamón cocido y otros tipos de productos.

Nos sentimos útiles a la sociedad y  disfrutamos viendo que nuestro esfuerzo es reconocido por nuestros consumidores

Hemos recibido premios en varias ocasiones y nos ha hecho muchísima ilusión  que otras personas aprecien nuestro trabajo. Al iniciar esta trayectoria, parte de nuestro entorno nos catalogaba como “locos” o “iluminados”. En este artículo de Europa Press podéis ver ¿por qué hemos sido noticia?

A grandes rasgos ¿cuál es la diferencia entre un pollo ecológico del que no lo es?

 Nuestros pollos son tan ricos,
por lo que «no tienen»

No tienen estrés,  residuos de pesticidas,  hormonas, estimulantes del crecimiento y no están alimentados con transgénicos.  Tampoco viven hacinados dentro de una nave, salen a patios con entera libertad y sus ciclos biológicos no son alterados. Creemos que son pollos felices.

Son pollos sanos que saben a pollo,
obtenemos carne de ellos
cuando han alcanzado el culmen de edad

 ¿Cómo han ido adaptando el producto al gusto de los consumidores?

Nunca hemos modificado la forma de crianza de nuestros pollos para adaptarlos a nuevas tendencias o modas. Sí, hemos desarrollado nuevos productos para ofrecer a una amplia gama de presentación final a nuestros consumidores. Elaboramos, salchichas, hamburguesas, pinchos morunos, paté, escabeche…

Ahora estamos intentando poner en funcionamiento un nuevo proyecto de crianza de pavo ecológico. Pero no es fácil porque queremos hacerlo como se hacía antiguamente.

Los pavos tienen que alcanzar los seis meses de vida, haber consumido sólo cereales de la comarca y criados en libertad. Esto como inversión inicial resulta muy costosa, aunque las pruebas que hicimos el pasado año nos han animado muchísimo:

¡conseguimos una carne de pavo sublime!

Pero  antes de lanzar al mercado debe de ser  más accesible económicamente para los potenciales consumidores.

¿Ha aumentado la demanda de sus productos?

Sí, cada vez son más los consumidores que demandan el pollo de ECOSANCHO. Y para nosotros es una satisfacción inmensa constatar que aquello por lo que tanto luchamos tiene esta aceptación.

Esto nos está permitiendo
vivir de esta actividad y ser felices

Su familia ¿consume otros productos ecológicos?

Sí, por supuesto. Cuando se adquiere  la conciencia de consumo sano resulta difícil optar por  productos que pueden no ofrecer las máximas garantías. Con esto no decimos que otras formas de producir sean perjudiciales. Aunque es cierto que en ocasiones nos es complicado consumir productos fuera de nuestro entorno.

Si hablamos de salud ¿han notado cambios al consumir de forma prolongada estos productos?

No se pretende dar la sensación de que consumiendo productos ecológicos vayamos a obtener mayor bienestar o mejor salud sino aspirar

 consumir  productos sin residuos
que pueden acumularse en el organismo

¿Ustedes mantienen un contacto más directo con el consumidor final?

Sí, nuestra forma de producción y comercialización es muy cercana a los consumidores. Con relativa frecuencia nos visitan familias, grupos de consumo o colegios. Nos gusta atender visitas a nuestras instalaciones pero siempre de forma pautada.
Sin molestar demasiado a los animales ni interrumpir las labores en el matadero y sala de despiece.

¿Están pensando en ampliar la gama de productos?

En nuestra familia la carne de pollo nos encanta y buscamos continuamente nuevas formas de preparación. Esto nos lleva a innovar pero no de forma obsesiva, no es uno de nuestros objetivos. Cuando surge la idea adecuada investigamos e intentamos llevarla a cabo. Pero sin más, forma parte de nuestro día a día. Pero  antes de lanzar al mercado debe de ser  más accesible económicamente para los potenciales consumidores.

Cualquier persona que lea este artículo ¿se puede poner en contacto con ustedes directamente o la venta es a través de intermediarios?

Comercializamos a través de otras empresas que acercan nuestro producto a consumidores finales aprovechando que ellos distribuyen otros productos ecológicos. Pero también  atendemos a grupos de consumo, tiendas especializadas, restaurantes, catering y por supuesto a los particulares que lo deseen.

Contacto EcoSancho

 

Redacción: GBM

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